2. All Star para Gasol.

3. Que no se le acabe la paciencia a Calderón.

4. Que vuelva la magia de Ricky y Love.

5. Unas Finales Lakers-Knicks.

6. Que reverdezcan los Celtics. Las cosas no van como tienen que ir en la NBA y en la vida si Boston está… como está este año (octavos y dando gracias, porque el juego es lamentable). La edad, la mala gestión de fichajes, la pérdida de Allen y de la unidad, la decepción de Rondo. No importan los problemas, importa la solución, como canta Calamaro. O sea, que se mueva la directiva y que lo haga ya para evitar el hundimiento de los Celtics. Una NBA sin Boston en primera fila significa que algo no funciona.

HASTA QUE VUELEN MÁS BURBUJAS

Mientras la niña soplaba ese plástico untado de jabón, cada vez más eran las burbujas que se dejaban llevar por el aire sin ningún orden en concreto. Algunas de las burbujas reventaban pocos segundos después de haber empezado su viaje, en cambio, otras burbujas se unían y formaban una mucho más grande. Al ascender por el cielo, a veces se alejaban hasta el punto que se hacía complicado ver exactamente donde explotaban, pero las que no eran capaces de alzarse más allá, se dirigían rumbo al suelo para explotar sin que se apreciara su vuelo.

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Antiguamente en Massachusetts, distintos grupos de grandes jugadores que estuvieron formando parte de un mismo equipo en diferentes generaciones, consolidaría a la franquicia de su capital, Boston, como una de las más históricas y potentes en la historia NBA. Año tras año, se iban alcanzando nuevos objetivos, nuevas metas, nuevos éxitos, que propiciaban la expansión en términos mediáticos. Los Celtics caían mejor cada vez que jugaban, hasta llegar al día de hoy, siendo de los equipos NBA más queridos. En el momento que una plantilla consigue considerables éxitos con regularidad, acaba formando una dinastía. Aunque no se gane todos los años, el equipo se irá reforzando a medida de lo posible tal y como indiquen las circunstancias. Logrando ser uno de los equipos con mayor fiabilidad, este equipo será colocado en el ranking de los grandes de la liga. No basta con ganar el anillo uno año o dos y desaparecer para recibir este reconocimiento. Para eso deben mantenerse año tras año en elevadas posiciones del campeonato. En ocasiones, algunos equipos no han sido capaces de mantener ese dote, y ahora, franquicias que antiguamente se consolidaban como dinastías solo les queda el recuerdo.

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Si la niña que con su soplador de burbujas, se distraía pasando la tarde viendo como esas aparecían y desaparecían, si el jabón acabara, impediría esta acción. Entonces, sin querer dejar de entretenerse, empezó a soplar más lenta y suavemente. Al ritmo que las burbujas iban disminuyendo su tamaño, agotó el jabón. Pasando tantos años seguidos con éxitos precedentes, Boston Celtics se hacía con el cualitativo de ser uno de los grandes de la liga. Pasaron muchos años en los que no llenaron su soplador de burbujas, y no fue hasta que se unieron Allen, Garnett, Pierce y Rondo que el soplador no volvió a ejercer, es decir, el equipo estaba funcionando. Ganaron el título en el mismo año de su unión, 2008, y hasta el año pasado, conseguían elevadas posiciones en la clasificación. No obstante, este año nos encontramos con unos Celtics descoordinados, más débiles y menos ganadores que en los anteriores años. A no ser que Rondo por fin erija como líder indiscutible del equipo y que junto a él incorporen a alguien joven que le ayude a poder dar batalla, el equipo podría quedarse de nuevo sin jabón en el soplador de burbujas.

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